lunes, 29 de diciembre de 2008

Felices jugando


Los niños del mini en pleno juego del TIBURÓN, su juego favorito...

LOS COCOLISOS EN LAS DELICIAS


La Escuela viene funcionando también en el Club Las Delicias, con mucho éxito, esperemos contar para este verano con el apoyo de todos ellos.

sábado, 19 de julio de 2008

Juego "El Tiburón"


Loa niños de nuestra escuela participando de uno de sus juegos preferidos "EL TIBURÓN LOCO"

Nuestro pequeños basquetbolistas

Nuestro equipo de mini básquet posando para nuestro lente. Entre ellos: (parados) Alex, Sebastián, Christian F., Luis. (sentados) David, Alessio, Rosita, Christian P. y Nátali.

domingo, 25 de mayo de 2008

MIS COMPAÑERAS NO SON TAN BUENAS COMO YO...


Ayer, cuando fuimos al campo de baloncesto le gritaste a tu compañera pues dio un mal pase o no te la dio a tiempo. Más tarde, tú tomaste el balón y no paraste hasta la otra cancha.

¡Pero convertí profesor!... Es cierto Rosita, y te felicito;
¿Qué pasa si mis compañeras no son tan buenas como yo y perdemos el partido?... Claudia es muy lenta y Saraí es muy bajita…

Déjame contarte algo Rosita:

“En el infierno hay un cerro de arroz y las personas sólo pueden comer con cucharas de tres metros de largo. Ven el arroz y se mueren de hambre. Las cucharas son tan largas que no pueden meterlas en su boca. En el cielo, en cambio, hay también un cerro de arroz y las personas disponen de las mismas cucharas largas, pero unos les dan de comer a los otros”. (*)

Trabajar en equipo es cooperar, y dar a los demás tu mejor esfuerzo para lograr algo en la vida.

TRABAJAR EN EQUIPO es mucho más que obtener una canasta o ganar un partido. Es compartir el trabajo con tus demás compañeras, es sentir que la obtención de aquella canasta o de haber ganado un partido sea parte de todos.
Jugar en equipo es alentar a seguir a tu compañera si no dio bien el pase o lo dio a destiempo o si falló una canasta.
Para trabajar en equipo debemos tener una actitud de servicio con nuestras demás compañeras y no buscar culpables si algo nos sale mal.

(*) Extraído del libro El Camino del Líder --- David Fischman


Prof. Jorge Cosavalente Ganoza
Escuela de Baloncesto Formativo “LOS COCOLISOS”
Trujillo Perú
jcosavalente@hotmail.com

LA MIRADA DE SU PADRE



LA MIRADA DE SU PADRE

Un muchacho vivía solo con su padre, ambos tenían una relación extraordinaria y muy especial. El joven pertenecía al equipo de fútbol americano de su colegio, usualmente no tenía la oportunidad de jugar, bueno, casi nunca, sin embargo su padre permanecía siempre en las gradas haciéndole compañía. El joven era el más bajo de la clase cuando comenzó la secundaria e insistía en participar en el equipo de fútbol del colegio; su padre siempre le daba orientación y le explicaba claramente que "él no tenía que jugar fútbol si no lo deseaba en realidad"... pero el joven amaba el fútbol, ¡no faltaba a una práctica ni a un juego!, estaba decidido en dar lo mejor de sí, ¡se sentía felizmente comprometido! Durante su vida en secundaria lo recordaron como el "calentador del banquillo", debido a que siempre permanecía sentado... su padre con su espíritu de luchador, siempre estaba en las gradas, dándole compañía, palabras de aliento y el mejor apoyo que hijo alguno podría esperar. Cuando comenzó la Universidad, intentó entrar al equipo de fútbol, todos estaban seguros que no lo lograría, pero a todos venció, entrando al equipo. El entrenador le dio la noticia, admitiendo que lo había aceptado además por como él demostraba entregar su corazón y su alma en cada una de las prácticas y al mismo tiempo le daba a los demás miembros del equipo un gran entusiasmo. La noticia llenó por completo su corazón, corrió al teléfono más cercano y llamó a su padre, quien compartió con él la emoción. Le enviaba en todas las temporadas todas las entradas para que asistiera a los juegos de la Universidad. El joven era muy persistente, nunca faltó a un entrenamiento ni a un partido durante los cuatro años de la Universidad, y nunca tuvo la oportunidad de jugar ningún partido. Era el final de la temporada y justo unos minutos antes que comenzara el primer juego de las eliminatorias, el entrenador le entregó un telegrama. El joven lo tomó y luego de leerlo se quedó en silencio. Temblando le dijo al entrenador: "Mi padre murió esta mañana, ¿no hay problema de que falte al juego hoy?". El entrenador lo abrazó y le dijo: "Toma el resto de la semana libre, hijo. Y no se te ocurra venir el sábado". Llegó el sábado, y el partido no estaba muy bien, en el tercer cuarto, cuando el equipo tenía 10 puntos de desventaja, el joven entró a los vestuarios y se puso el uniforme y corrió hacia donde estaba el entrenador y su equipo, que estaban impresionados de ver a su luchador compañero de regreso. "Entrenador, por favor, permítame jugar... yo tengo que jugar hoy", imploró el joven. El entrenador pretendió no escucharle, de ninguna manera podía permitir que su peor jugador entrara en el cierre de las eliminatorias. Pero el joven insistió tanto, que finalmente el entrenador sintió lástima y aceptó: "Bien, hijo, puedes entrar, el campo es todo tuyo". Minutos después el entrenador, el equipo y el público, no podían creer lo que estaban viendo. El pequeño desconocido, que nunca había participado en ningún juego, estaba haciendo todo perfectamente brillante, nadie podía detenerlo en el campo, corría fácilmente como toda una estrella. Su equipo comenzó a ganar, hasta que empató el juego. En los segundos de cierre el muchacho interceptó un pase y corrió todo el campo hasta ganar con un touchdown. La gente que estaba en las gradas gritaba emocionada y su equipo lo llevó cargado por todo el campo. Finalmente cuando todo terminó, el entrenador notó que el joven estaba sentado calladamente y solo en una esquina, se acercó y le dijo: "Muchacho no puedo creerlo, ¡estuviste fantástico! Dime, ¿cómo lo lograste?".

El joven miró al entrenador y le dijo: "Usted sabe que mi padre murió... pero no sabía que mi padre era ciego". El joven hizo una pausa y trató de sonreír. "Mi padre asistió a todos mis juegos, pero hoy era la primera vez que podía verme jugar... y yo quise demostrarle que sí podía hacerlo".

Anónimo

YO NO ENTIENDO A LA GENTE GRANDE


YO NO ENTIENDO A LA GENTE GRANDE

¿Por qué cuando ya es hora de regresar a mi casa después del entrenamiento quiero regresar al rato?, ¿por qué mis padres me inscribieron en un curso de afianzamiento y no en la escuela de mini básquet durante mis vacaciones?, ¿por qué los adultos se desesperan tanto por ganar?... acaso perdieron algo cuando fueron niños como yo?

Yo no entiendo a la gente grande... porque me dice que no puedo jugar un partido de mini básquet porque no soy lo suficientemente bueno para hacerlo y que solo juegan los mejores.
Yo no entiendo a la gente grande... porque me exige RESISTENCIA o esfuerzos notables, SOLO QUIERO JUGAR, quiero sentirme libre, correr, saltar y gritar... en fin... , o quedarme dormido.
Yo no entiendo a la gente grande... porque me dice que tengo que ser el mejor jugador si yo sólo quiero jugar con mis amigos.
Yo no entiendo a la gente grande... cuando me insulta en el entrenamiento y me amenaza con sentarme en la banca o romperme el carnet porque no hice lo que él mismo quiso.
Yo no entiendo a la gente grande... cuando me dice que tenemos que "CAMPEONAR" para ser los mejores si en realidad lo dicen para tener prestigio o conservar algún puesto de trabajo.
Yo no entiendo a la gente grande... porque me exige algo que ellos mismos a esa edad no estaban capacitados para hacerlo.
Yo no entiendo a la gente grande... porque se cree importante por el solo hecho de ser grande. Cuando aquel chico en un partido salió en mi puesto todos los adultos estuvieron toda la tarde criticando y diciendo que "no sirve ni para llevarme mi mochila", como dicen; ese chico va a mi clase y cuando le vi el otro día, me dio vergüenza.
Yo no entiendo a la gente grande... cuando me dice que no mienta haciéndose los lindos o los serios porque dicen mentiras y ni ellos mismos se las creen , porque cada vez que me mienten me doy cuenta y sufro mucho.
Yo no entiendo a la gente grande... porque perdieron las ganas de correr y saltar, porque olvidaron esas cosas que tanto les gusta a los chicos, porque antes de reírse siempre le piden permiso al reloj.
Yo no entiendo a la gente grande... cuando insulta a los jugadores, árbitros, hasta al propio entrenador de su equipo porque no metió a su hijo o hija a la cancha desde el arranque.
Yo no entiendo a la gente grande... cuando se acerca a halagarme tocándome la cabeza y me dice que soy el mejor si de la tribuna luego nos pifian.


LO ÚNICO QUE SÉ... ES QUE SOY EL MÁS PEQUEÑO Y GORDITO DE MI EQUIPO, TAL VEZ EL MENOS DOTADO PARA JUGAR EL MINI BÁSQUET... PERO ME GUSTA TANTO!!!

AMO EL MINI BÁSQUET... no hagan que lo deje por favor!

Un pequeño y gordito minista


DE: Jorge Cosavalente Ganoza
Entrenador de Baloncesto
Escuela de Baloncesto Formativo "LOS COCOLISOS"


YO COMPITO, TU COMPITES...


El mundo es bastante competitivo como para hacer competir a nuestros hijos antes de tiempo. ¿no lo creen? Muchos padres hablan de las habilidades de sus pequeños ¡mi hijo es el mejor! ¡este árbitro está comprado! ¡aquel jugador sólo sirve para alcanzarles el agua! ¡ ¿por qué salió mi hijo?...ese entrenador es un inepto!

Pues, detrás de tanta alabanza existe una ansiedad por demostrarle al resto una superioridad insensata, que nace de la profunda inseguridad y producto de una autoestima, la mayoría de las veces pisoteada.

Introducir a los niños en el mundo de las competencias o del YO DEMUESTRO Y TU DEMUESTRAS, es un círculo vicioso y vacío. No es constructivo, los niños no sienten que por quererlos tanto es que sus padres hablan bien de ellos; al contrario, sienten que lo que dicen es una tarea por cumplir, un peso que deben cargar injustamente, por que es lo que papá y mamá esperan. ¡ALTO A ESTO! El amor de los niños es desinteresado y así tiene que ser el nuestro. Felicitándolos sólo si se hacen bien las cosas no estamos demostrando que nuestro amor es a toda prueba; al revés, se lo estamos acondicionando, sobre todo en una etapa en que tienen más equivocaciones que aciertos.

No lo compares, tu hijo no es mejor ni peor; es tu hijo, está creciendo y merece la libertad de hacerlo sin complejos ni ataduras.

DE: Jorge Cosavalente Ganoza
Entrenador de Baloncesto
Escuela de Baloncesto Formativo "LOS COCOLISOS"